viernes, 1 de septiembre de 2017

Yo mismo. Soneto septiembre 2017


 
 
 
 
Me gusta tener los sonetos listos bastante antes de su publicación. Normalmente los edito con un par de meses de retraso respecto a su escritura. A mediados de junio empecé a escribir el de este mes. Tenía la intención de crear un poema sobre un tema que es muy importante para mí y que de momento no voy a revelar. Puesto que se trata de algo especial quería que fuera un gran soneto. A principios de julio no había parido ni un miserable verso. Le había dedicado bastantes horas y todo eran borradores que no me gustaban. Para San Fermín ya estaba histérico porque había perdido tres semanas y no tenía nada de nada. Comprendí que todavía no estoy preparado para ese soneto y que debía hacer algo menos ambicioso y más apropiado para mi nivel. El problema es que no tenía ninguna idea. Ni siquiera sabía sobre qué escribir. Estaba en estas cuando, una mañana, me fui solo a la plaza de toros a ver el encierro. El lugar estaba casi lleno. Montones de pamplonicas disfrutando de los minutos previos a la carrera. Por si alguien no ha estado nunca, comentaré que para amenizar la espera suelen tocar una o dos bandas de música y ponen vídeos del público para que la gente salude o se bese. Es divertido, o al menos a mí me lo parece. A pesar de que en ese momento había estímulos más que de sobra para mantener mi mente ocupada tuve un momento de introspección. Curiosamente, presto más atención a mi persona cuando estoy rodeado de gente que cuando estoy solo. La cuestión es que había dos Andreses, uno que era yo sentado en la plaza y otro que era yo flotando en el aire y observándome desde arriba. Y en ese momento supe que tenía que escribir un soneto sobre mí mismo. Creo que no tardé ni cinco minutos en tenerlo estructurado en mi mente. Esa misma mañana había quedado para almorzar en la otra punta de Pamplona. Mientras iba de camino, me senté en un banco y lo escribí en el móvil. No me dio tiempo ni a quedarme frío con el fresco de la mañana. En unos instantes “Yo mismo” había nacido.

Existe una versión audiovisual de este soneto, recitada por Luis Fernández, que puedes ver en el enlace siguiente:





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