miércoles, 1 de noviembre de 2017

Duele noviembre. Soneto noviembre 2017




El soneto de este mes de noviembre comencé a escribirlo el día 6 de agosto impulsado por un recital de piano. Suena extraño, pero es la realidad. Era una tarde de domingo y habíamos ido a Mendigorría para asistir al último concierto del Festival de ese año. El interprete era el maestro Alberto Urroz. La primeras piezas que tocó eran bastante alegres, pero a medida que avanzó el recital las obras fueron haciéndose más melancólicas. Algo tiene la música que nos trasporta en el espacio y el tiempo y aquellas notas me arrancaron de mi asiento en la iglesia de Mendigorría y me llevaron a algún lugar inmaterial. El hecho es que, mientras viaja por Babia, mentalmente escribí el primer cuarteto del soneto Duele noviembre. Fue algo totalmente inconsciente. En cuanto acabó el concierto, que me encantó, encendí el móvil y anoté en él los primeros versos. No quería que se me olvidaran. El problema vino después. Tenía que acabar un soneto otoñal en pleno verano, y además en un verano que ha resultó ser de los más calurosos y secos de los últimos años. Pero como no me gusta dejar las cosas a medias, me puse a ello. Una tarde en la que el termómetro marcaba treinta y cuatro grados Celsius y en la que me encontraba en un pantano tirado sobre una toalla, bastante ligero de ropa, conseguí escribir el otro cuarteto y los dos tercetos. Y lo cierto es que me quedé muy satisfecho porque para haber sido escrito en unas circunstancias nada otoñales el soneto refleja bastante bien esa estación del año. Hacía tiempo que buscaba un poema sencillo, triste y de corte clásico y creo que en esta ocasión lo he encontrado. Como estoy contento del resultado he querido dedicárselo a una persona, Lourdes Escorza, que disfruta con la poesía.

Existe una versión audiovisual de este soneto recitada por Luis Fernández.