miércoles, 1 de febrero de 2017

Soneto febrero 2017


He empezado el 2017 con pocas ganas de hacer nada. No se trata de que esté deprimido; es pereza. Me apetece más ver una serie de televisión o jugar al PC que escribir. Afrontar el soneto de febrero con esa mala disposición fue duro. Aun así, me puse a ello y tras un par de viajes en villavesa (así es como se denomina al autobús urbano en Pamplona) escribí el soneto que pongo a continuación y que he denominado Versión Uno (estaba tan perezoso que ni siquiera pensé un título).



   Como a todas mis criaturas, le cogí afecto. Sin embargo, no me acababa de convencer. Decidí enviárselo a un par de amigos para que me dieran su opinión. Uno de ellos me dijo que parecía pornográfico pero que, por lo demás, ni fu ni fa. La conversación con el otro fue por WhatsApp. La pongo aquí, tal y como fue, empleando capturas de pantalla. En fondo blanco está lo que dice mi amigo. Lo mío en fondo verde.
 



 

   Suelo escuchar lo que los demás opinan de mí y de mis obras. Otra cosa es que haga caso. Esta vez decidí obedecer a mi amigo y cambié todo lo que me pidió. A parte de eso, el octavo verso (salto al pecho que no me da pereza) no me gustaba. Había una mala transición entre el séptimo y el octavo. Ya que me iba a poner a reescribir la mayor parte del soneto decidí que también cambiaría ese verso. Aquí muestro el soneto original con todo lo que había que modificar.


   Unos cuantos viajes en villavesa después ya tenía el soneto reescrito. Es este que os pongo aquí y que denominé Versión Dos.
 

   No me parecía mal, excepto el último terceto. Había algo en él que chirriaba. De todos modos, antes de hacer nada se lo mandé a mi amigo para que viera que había sido obediente. Volvimos a tener una conversación por WhatsApp. En ella me decía que se lo había mostrado a una amiga suya y que los dos coincidían: había mejorado bastante con respecto a Versión Uno, pero el último terceto no les gustaba.
   Víctor Manuel compuso una canción hace muchos años, cuyo título no recuerdo, en la que cantaba “si no fueras tan vaga, trabajarías menos”. Esa frase siempre me ha gustado. Hay en esa aparente contradicción mucha verdad. Si en vez de haber escrito el soneto en la villavesa de mala gana me hubiera plantado delante del ordenador y me hubiera pasado un buen rato trabajándomelo, habría conseguido un buen resultado a la primera oportunidad. Quizá me hubiera llevado una hora, dado lo poco inspirado que me siento esta temporada, pero eso habría sido mucho menos de lo que finalmente le dediqué.
   Después de algunos viajes más en villavesa completé Versión Tres. Es el que he publicado en Facebook y que pongo más abajo. Lo he dado por bueno. A fin de cuentas, he hecho todo lo que mi amigo me pidió. Mejor dicho, casi todo. El último verso ha sido mi pequeña travesura.