Hace
varios meses comencé un soneto sobre la venganza, pero el resultado
no me estaba gustando y lo dejé sin terminar. Me parecía demasiado
convencional, un terreno ya trillado. Hace unos días volví a
echarle un vistazo y seguía sin gustarme, pero no estaba dispuesto a
abandonar el tema, así que borré todo lo que había
escrito y comencé desde cero. Tal vez de tan original que he querido
ser me he pasado y no se entiende nada. Admito la culpa de haber
mezclado elementos que habitualmente parecen contradictorios, aunque
en la realidad no lo son. Un hombre enamorado de otro hombre y
despechado en una época pasada indeterminada en la que la
homosexualidad parecía no existir. Además, un hombre violento y
habituado al manejo de la navaja. Y, para liarla más, no jura
venganza a un dios cualquiera, sino a la mismísima Hera. Yo mismo lo
leo y me parece una esquizofrenia literaria, pero ahí lo dejo porque,
lo reconozco, el resultado final me gusta. También le gustó a mi amiga Juana Goñi Uli y por eso se lo he dedicado.
Normalmente publico los sonetos en el blog y en Facebook simultáneamente. Sin embargo, en esta ocasión hay un soneto que he decidido poner solo aquí. Es un soneto bastante bestia que escribí en broma. Podría no haberlo publicado, pero tengo la impresión de que el blog es mi casa y uno en su casa hace, si le dejan, lo que le da la gana.
Normalmente publico los sonetos en el blog y en Facebook simultáneamente. Sin embargo, en esta ocasión hay un soneto que he decidido poner solo aquí. Es un soneto bastante bestia que escribí en broma. Podría no haberlo publicado, pero tengo la impresión de que el blog es mi casa y uno en su casa hace, si le dejan, lo que le da la gana.
Este poema está incluido en el libro "Sonetos 2015-2024"