El poema de enero no es fruto de la inspiración ni de la necesidad.
No tenía ningún tema sobre el que escribir, así que decidí
intentar hacer uno pasional. Partí con un argumento poco definido y
eso ha hecho que el resultado final esté determinado por la
obligatoriedad de la métrica y de la rima, más que por mi idea
inicial. De hecho, no me siento identificado con los sentimientos del
protagonista. Eso hace que la lectura del soneto me produzca cierta
extrañeza; como si esa criatura no hubiera nacido de mí. Algo así
como ver a tu hijo recién nacido por primera vez y descubrir que no es de raza blanca.
Este poema está incluido en el libro "Sonetos 2015-2024"