lunes, 1 de mayo de 2017

Mi caballo pardo. Soneto mayo 2017


Desde que empecé a escribir sonetos tenía ganas de crear uno que tuviera un aire clásico y un gran componente simbólico. Hasta hace unos días no lo había hecho. Tampoco lo había buscado; era algo que había dejado en el cajón de asuntos pendientes. A principios de abril escribí dos sonetos que iban a ser los que publicaría en mayo. Sin embargo, los he dejado para más adelante porque Mi caballo pardo, el poema “clásico-simbólico” que escribí sin más ni más mientras esperaba el autobús urbano, he querido publicarlo cuanto antes.

  Me gustan los animales. Sobre todo me gusta observarlos. Los documentales en los que nos los muestran sin intervención humana son mis favoritos. Aquellos en los que el presentador se planta delante y se hace el “enrollado” o en los que a los animales les dan nombres y nos narran sus vidas como si fueran personas, los detesto. Digamos que me gusta lo salvaje en estado salvaje. También me gustan los animales domésticos, pero no tengo ninguno. Dan trabajo y soy un vago, así que ni perro ni gato ni pájaro ni pez ni, mucho menos, un caballo.


Agradecimientos

Mi caballo pardo es un soneto del que estoy especialmente satisfecho. Me daba pena que solo pudiera ser leído por las personas de mi círculo. Por ello me puse en contacto con las autoras del blog “Elles à Cheval”. Pensé que podría gustar a los amantes de los caballos. Ellas han tenido la gentileza de publicarlo, además con una excelente presentación. Desde aquí les doy las gracias por darle a este caballo pardo la oportunidad de galopar un poco más.
 
 
 
 

 
 
 


Existe una versión audiovisual de este soneto recitada por Luis Fernández. Puede accederse a ella en el siguiente enlace: