Uno de los retos más difíciles que puede haber en poesía es escribir un soneto para una madre. Hay dos obstáculos muy complicados de salvar. Uno de ellos es ser original. Se han escrito infinidad de poemas de este tipo. Que uno más no suene a tópico es casi imposible. El segundo gran problema es lograr hacer algo emotivo sin caer en la sensiblería. En definitiva, todo un reto. Hasta esta ocasión no me he atrevido a afrontarlo. Si lo he hecho ahora no es porque me sienta preparado, sino porque no sé cuánto tiempo más seguiré escribiendo sonetos. No quiero dejar asignaturas pendientes. Ahí está, para bien o para mal.
Hay una versión audiovisual recitada por Luis Fernández Reyes. Tampoco me ha resultado fácil hacerla. Como no he sido capaz de conseguir buenas imágenes para reflejar cada verso y como no domino la animación, que hubiera sido mi primera opción, he tirado por la tangente y he usado películas antiguas en blanco y negro.
