jueves, 1 de agosto de 2024

Pecados capitales. Soneto agosto 2024

 




Los pecados capitales no aparecen en la Biblia. Son una creación posterior. Su origen está en el ascetismo, una doctrina filosófica que busca purificar el espíritu evitando los placeres materiales. Esas ideas fueron asimiladas por Casiano, un sacerdote del siglo V considerado uno de los Padres de la Iglesia. Él fue el vehículo que las introdujo en el cristianismo. Aunque originalmente eran ocho, San Gregorio Magno los dejó en siete: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia. El que desapareció fue la cobardía.

Es interesante que el término capital no hace referencia a su gravedad (a diferencia de lo que ocurre con el pecado mortal), sino a que son el origen de otros pecados. Santo Tomás de Aquino dice de ellos: "Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable, de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados. Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana está principalmente inclinada."

Estoy de acuerdo con la visión cristiana de que esos pecados pueden ser la fuente de otros, pero no me parecen importantes. Uno debe saber dónde está el límite, y ponerlo. Me preocupan mucho más otros pecados que, cometidos por los demás, me puedan perjudicar: el robo, el asesinato, la mentira… Pienso que los pecados capitales hacen daño al que los padece. Si uno no puede contener su gula, sufrirá obesidad mórbida con todos los problemas de salud que conlleva. El envidioso vive amargado. El perezoso deja pasar oportunidades que quizá le hubieran ayudado a ser feliz. Así con todos, excepto con la ira. Ese sí que daña a los demás. ¡Pobre de la persona que tenga que convivir con alguien que peque de ira!

Para mí una persona que sufre por un pecado capital merece compasión, no castigo.

Hay una versión audiovisual recitada por Luis Fernández y presentada por Alicia Zubicoa que puede verse en el siguiente enlace:








4 comentarios:

  1. Entre quienes cree el protagonista que hay más individuos lujuriosos, entre quienes profesan una religión o entre quienes no lo hacen?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola:
      El protagonista desconoce si hay algún estudio estadístico al respecto. Su opinión, absolutamente subjetiva y sin ninguna base científica, es que en ambos casos habrá un número parecido. Como suele decirse: "En todos los sitios cuecen habas".

      Eliminar
  2. Cómo explicaría el protagonista qué es la lujuria, cómo se siente, cómo se vive... etc a una persona inexperta e ignorante en el ámbito sexual?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola:
      Esa es una pregunta demasiado compleja y de difícil respuesta. No creo que todas las personas lujuriosas vivan esa cualidad de la misma manera. Para el que considere que el sexo es pecado o algo malo y no pueda controlarse, será una tortura. Cada vez que se entregue a la lujuria se sentirá fatal, culpable. A alguien que vea la lujuria como una tendencia natural del ser humano solo le interesará satisfacerla. En ese caso, el malestar puede venir si no logra saciarse. Sentiría frustración.
      El protagonista, que no es mucho de comerse la cabeza con cuestiones metafísicas, asume que, mientras no haga daño a nadie, puede ser una fuente de satisfacción si se sabe gestionar.

      Eliminar