Leyendo filosofía, religión y poesía uno puede tener la impresión
de que a las personas les preocupa más el alma que el cuerpo.
También puede pensarse si se escucha a místicos, ascetas y
similares. Sin embargo, cuando se llevan más de treinta años
trabajados en hospitales, como es mi caso, a la conclusión que se
llega es que, cuando el cuerpo está mal, poco le preocupa a la gente
el espíritu y sí, y mucho, la carne. No me considero un hedonista,
y creo que no lo soy. Me gusta el placer, pero desde luego no es mi
principal y único fin. Tampoco soy un metrosexual ni un
vigoréxico. Ya me gustaría a mí tener un cuerpazo y poder lucirlo.
No es el caso. Pero sí estoy convencido de que lo único que tenemos
es nuestro cuerpo y de que cuando deja de funcionar, se acabó lo que
se daba. Por eso intento cuidarlo. No es algo que haga
todo el mundo. Es frecuente que las personas castiguen su organismo.
Los modos de hacerlo y la justificación para ello son de lo más
variados. Así, a bote pronto, se me ocurren varios: tabaquismo (en
España un tercio de la población de entre 15 y 65 años fuma), voto
de castidad, ayuno voluntario, tatuajes y piercings, hipermedicación…
En fin, todo un catálogo de armas de destrucción cárnica. No me parece mal. Allá cada uno con su cuerpo. Yo me conformo
con que no agredan el mío.
A veces siento la necesidad de escribir. A pesar de mi inconstancia he conseguido terminar dos novelas, una obra de teatro, varios sonetos y algunas cosas más. Si quieres enviarme un comentario sobre algo de lo que hayas leído en mi blog puedes hacerlo a esta dirección de correo electrónico: andres.garralda@gmx.es
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Voto de castidad?
ResponderEliminarRespeto pero no comparto.
EliminarPretendí destacar la palabra voto, no castidad.
ResponderEliminarY el voto de obediencia? Es necesario en casi todos los ámbitos, no solo en el religioso.
No sé si es necesario. Lo que sí sé es que el que tiene la fuerza es el que se permite obligar. Al débil no le queda otra que obedecer. A los clásicos votos de silencio, obediencia y castidad no tengo nada que objetales, siempre que sean por devoción y no por imposición.
EliminarMi percepción es que la gente, en general, es menos casta que obediente. Y no pretendo juzgar.
ResponderEliminarPara la mayoría de la gente, entre la que me incluyo, creo que son cosas distintas. Se puede ser casto y obediente, depravado y desobediente y el resto de las combinaciones.
EliminarNo sé que me resulta más inquietante, si el voto de obediencia o la amoralidad.
ResponderEliminarCreo que la amoralidad no está bien entendida socialmente.
ResponderEliminarEs natural. Nos inculcan normas morales desde niños y lo hacen a conciencia. No es casi imposible ver las cosas con perspectiva.
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