Que te abandonen cuando estás enamorado es doloroso. Incluso cuando eres consciente de que lo que tú percibías como amor era solo interés. Las transacciones comerciales entre los seres humanos abarcan todos los campos, también el de los sentimientos.
La mayoría de los sonetos que escribo los publico en Facebook. Es un
buen escaparate para dar a conocer una obra. El problema es que en
esa plataforma triunfa lo breve. En páginas de poesía tienen muchos
más “likes” los aforismos y las citas que los verdaderos
poemas. Un soneto resulta largo para ese medio y un soneto con
explicación inviable. Por ese motivo Maricón de playa solo
aparece en el blog. Es un soneto que requiere explicación para que
no se malinterprete. Cuando escribo no busco ni ofender ni crear
polémica ni abrir un foro de debate. Nada de eso me interesa, pero
todo eso podría desencadenarse con Maricón de playa. Por
otra parte, tampoco quiero autocensurarme ni limitarme en ningún
tema. El soneto es consecuencia de una conversación que mantuve con
un señor mayor en un bar de Playa del Inglés. El lenguaje que he
empleado y el contenido que he intentado trasmitir son similares a
los que él utilizó. Intercambiamos los teléfonos y cuando lo hube
escrito se lo envié. Le gustó. Quise dedicárselo, pero prefirió
que no lo hiciera: es viudo, tiene dos hijos y está en el armario.
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