Vuelvo otra vez al amor. En esta ocasión un romance que va desde la infancia hasta la vejez. Suelo decir que en un soneto hay sitio para todo, pero en este me han faltado versos. No he hecho una buena gestión del espacio y no he podido reflejar, en uno de los cuartetos o de los tercetos, la transición a través de la madurez. Lo intentaré en otra ocasión, porque la idea me gusta y volveré a utilizarla en el futuro.
Existe una versión audiovisual de este soneto recitada por Luis Fernández Reyes.
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