jueves, 1 de marzo de 2018

Alicia la revoltosa. Soneto marzo 2018








Me gusta tener preparado el poema que voy a publicar con varias semanas de antelación. Para el mes de marzo casi no lo consigo. En el plazo comprendido entre las navidades y los primeros días de febrero empecé más de cinco sonetos; no acabé ninguno. A pesar de dedicarles bastante tiempo no conseguía que quedaran redondos. Creo que el problema era la temática de todos ellos. Demasiado trascendentales. El riesgo de navegar por aguas profundas es que uno puede ahogarse, y yo estaba a punto de hacerlo. Vino a salvarme mi musa Alicia Zubicoa. Estos meses le toca rotar conmigo. Estaba yo metiéndome con ella (y ella mucho más conmigo) cuando le dije que le iba a escribir un soneto. Mi intención era burlarme. El caso es que parí los dos primeros versos mientras ella leía en la pantalla del ordenador por encima de mi hombro. Inicialmente el soneto empezaba de esta manera: “Me gusta mi nombre, me dice loca”. No le gustó. Opinaba que no se entendía bien. Podría significar que ella me llamaba a mí “loca”. Tenía razón... hasta cierto punto. Le hice caso y lo cambié. Nada más ponerme a ello la inspiración, que parecía haberme abandonado, volvió a mí. No sé si fue una mala o una buena inspiración. Lo único que sé es que enseguida terminé el soneto. Muy profundo y trascendental no me ha quedado, eso debo reconocerlo, pero me gusta. Creo que, al igual que Alicia, es alegre y dicharachero.

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