Van pasando los
meses y aumenta el número de sonetos. Todavía no son muchos, pero
cada vez resulta más difícil encontrar un tema sobre el que
escribir. Afortunadamente, este mes me he topado, por azar, con uno
bastante interesante: la soledad. Es un estado muy poético. Creo que lo abordaré repetidamente. Con mi primer intento he
quedado bastante satisfecho. Eso me ha animado a dedicárselo a una
persona que me ha dado muchos y buenos consejos para escribir. Se
trata de María Lourdes Larragueta. Su crítica constructiva me ha
ayudado a mejorar. Si hay algo de bueno en mis sonetos y en todo lo
que escribo es gracias a lo que los demás me han enseñado. Para un
autodidacta la única forma de progresar es el método de prueba y
error. Si nadie te corrige cuando vas mal o te anima cuando eliges el
buen camino, acabas perdido. Espero que nunca me falte un buen consejo
a tiempo.
Existe una versión audiovisual de este soneto recitada por Luis Fernández e interpretada por Fernando Rípodas.
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