Hace unos dieciocho años ocurrió un hecho en el hospital en el que
yo trabajaba que me llamó la atención. Un matrimonio había pedido
cita con el jefe de cirugía general. No habían acudido a él por
encontrarse enfermos, sino para hacerle la siguiente pregunta: ¿había
podido dejar embarazada a la esposa alguien del personal de
quirófano? Al principio el médico no entendía de qué iba todo
aquello. Pronto el matrimonio se lo explicó. Ella estaba
embarazada de siete meses, algo que el cirujano pudo constatar con
sus propios ojos. Al marido le habían hecho una vasectomía y, por lo
tanto, no podía ser el padre. Ella juraba y perjuraba que no había
cometido infidelidad. La única posibilidad que se les ocurría era
que la hubieran forzado en el hospital. Según el matrimonio, la
ginecóloga había dado como fecha posible de la fecundación una que
coincidía con los días en los que ella había sido operada bajo
anestesia general. El cirujano contesto de manera inmediata que no
era posible. Yo, en aquel momento, tenía la misma opinión que él.
Un par de meses
después de que ocurriera el incidente que he comentado conocí a una
persona, en una provincia que no era en la que yo vivía, con la que
mantuve varias conversaciones. Creo que esas charlas fueron sinceras; sin fantasías ni exageraciones. Un día me contó una historia que,
supongo, era cierta. Tenía un amigo que trabaja en la UCI de un
hospital. Esa persona masturbaba a los pacientes varones mientras
estaban inconscientes. Según su versión, lo hacía por el bien de los enfermos.
Hoy, tras haber
escuchado muchas historias aparentemente inverosímiles y de haber
vivido unas cuantas nada convencionales, pienso que a la mujer del
matrimonio se le tenía que haber dado credibilidad. Quizá la
explicación más lógica, la infidelidad, era la verdadera, pero el
cirujano debería haberse planteado otras opciones. Por ejemplo, a
veces las vasectomías fallan. En ese caso, el padre sería el propio
esposo. ¿Pudo haberla dejado embarazada algún trabajador del
hospital? No parece probable, pero sí posible. La paciente estaría
inconsciente en el quirófano, en el trayecto del quirófano a la
sala de despertar y en la UCI. Lo que ocurrió en ese periplo no lo
sabemos.
Si el término
necrófilo existe es porque hay personas que encajan en esa
definición. No sé cuál será su incidencia real ni cuántas personas
de las que sienten atracción por los cadáveres pueden llegar a
consumar actos con ellos, pero seguro que alguna habrá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario