Desde siempre se ha dicho que el pecado capital más importante de
los españoles es la envidia. Por supuesto, yo no soy la excepción.
En mi caso no envidio a los que tienen muchos objetos, sino a los que tienen mucho tiempo. Me gustaría poder vivir sin trabajar. Disponer de todo el día para hacer lo que a uno le dé la gana tiene que estar francamente bien. Más envidia me dan los jóvenes, porque tienen vida por delante. De la tarta de la existencia me he comido dos terceras partes, eso contando con que no muera antes de cumplir la media de la esperanza de vida. El tercio que me queda es el peor. ¡Cómo no voy a tener envidia a los jóvenes!
A veces siento la necesidad de escribir. A pesar de mi inconstancia he conseguido terminar dos novelas, una obra de teatro, varios sonetos y algunas cosas más. Si quieres enviarme un comentario sobre algo de lo que hayas leído en mi blog puedes hacerlo a esta dirección de correo electrónico: andres.garralda@gmx.es
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