De vez en cuando intento alejarme de los temas más habituales de la poesía. "Lo que tiene Rigoberto" es uno de esos casos. No obstante, sé que no lo he conseguido. Aunque la mayoría de los poemas que se escriben son de amor, no son pocos los relacionados con el sexo, ya de una forma explícita o algo más encubierta. Así ha sido desde la noche de los tiempos. Conocido es el caso de Melchor de la Serna que, en el siglo XVI, siendo fraile y habiendo estudiado teología, compuso varios poemas eróticos. He querido mostrar uno de ellos. Aunque no es mi favorito, es breve y se entiende bien (otros, por el lenguaje de la época o referencias a hechos o personajes hoy poco o nada conocidos, son difíciles de comprender).
Cuando en tus brazos, Filis, recogiéndome,
el pecho me descubres hermosísimo,
allí donde el tocar es sabrosísimo
estás un breve rato entreteniéndome.
Y cuando lo que quiero concediéndome,
un beso das sabroso, otro dulcísimo,
y en aquel deleite suavísimo,
deleite das y tomas respondiéndome,
las hojas de los árboles meneándose,
al céfiro mil vientos sucediéndole,
serían perezosas, imitándonos.
Mas cuando el dulce fin viene llegándose,
la noche se hace día bendiciéndole,
y la luna se alegra contemplándonos.
Existe una versión audiovisual de “Lo que tiene Rigoberto” recitada por Luis Fernández Reyes que puede verse en mi canal de YouTube.
Este poema está incluido en el libro "Sonetos 2015-2024"
Qué ofendería más a Rigoberto, que le quisieran solo por su dinero o que le rechazaran a pesar de su dinero?
ResponderEliminarHola.
EliminarMe encanta la pregunta. Si yo fuera Rigoberto, lo segundo. Que me rechacen pese a tener mucho dinero.
Qué pensaría Rigoberto de alguien, que les quisiera a él y a su dinero?
ResponderEliminarQué daría a Rigoberto la certeza, de que otra persona, no le quiere por su dinero?
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarCreo que esa certeza no la tendrá nunca. Aconsejaría a Rigoberto que disfrutara y se relajara. Las relaciones humanas están llenas de intercambios. Él puede aportar el dinero y la otra persona la belleza y el cariño. No hay, en mi opinión, nada malo en ello. Cada uno contribuye con lo que tiene.