Desde hace tiempo tenía intención de abordar el tema de la demencia. Un compañero de trabajo me mostró un soneto que había escrito inspirado en su madre y era realmente bueno. Había conseguido los dos objetivos principales que debe tener un poema: que se entienda y que suene poético. Por supuesto, no pretendía imitarle. Mi obra tenía que ser mucho menos personal puesto que, afortunadamente, esta enfermedad no ha sido un problema en mi familia. El resultado es este laberinto de Mencía que ni suena poético ni es fácil de entender. Una pena que el nombre propio sea Mencía y no Mencia porque entonces el titulo hubiera sido mucho más obvio.
A veces siento la necesidad de escribir. A pesar de mi inconstancia he conseguido terminar dos novelas, una obra de teatro, varios sonetos y algunas cosas más. Si quieres enviarme un comentario sobre algo de lo que hayas leído en mi blog puedes hacerlo a esta dirección de correo electrónico: andres.garralda@gmx.es
miércoles, 1 de enero de 2020
El laberinto de Mencía. Soneto enero 2020
Desde hace tiempo tenía intención de abordar el tema de la demencia. Un compañero de trabajo me mostró un soneto que había escrito inspirado en su madre y era realmente bueno. Había conseguido los dos objetivos principales que debe tener un poema: que se entienda y que suene poético. Por supuesto, no pretendía imitarle. Mi obra tenía que ser mucho menos personal puesto que, afortunadamente, esta enfermedad no ha sido un problema en mi familia. El resultado es este laberinto de Mencía que ni suena poético ni es fácil de entender. Una pena que el nombre propio sea Mencía y no Mencia porque entonces el titulo hubiera sido mucho más obvio.
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