domingo, 1 de junio de 2025

No me creo nada. Soneto junio 2025

 



Por no creer, no me creo ni mi propio soneto. Lo cierto, y esto es verdad de la buena, aunque el lector es libre de no fiarse de mí y de dar mis palabras por falsas, es que me creo muchas cosas. Por ejemplo, me trago algunas noticias, algunas aportaciones de la ciencia, ciertas propuestas religiosas, a algunos políticos y muchas cosas más. El problema lo tengo con las generalizaciones. No creo que haya alguien o algo siempre sincero y alguien o algo que siempre mienta. Sé que mucha gente no comparte esta opinión. Hay quien se cree todo lo que diga un individuo o un estamento si tiene confianza en él. Por ejemplo, dan por bueno todo lo que dice su periódico, su canal de televisión favorito, su partido político… Incluso puede ser suficiente el género del que dice algo para que se lo crean a pies puntillas. No es mi caso. Pienso que, la inmensa mayoría, unas veces mentimos y otras decimos la verdad. Lo que cambia es la frecuencia y la intención con la que se miente. Para mí, maldad y mentira no van de la mano. Uno puede mentir con buenas intenciones. Por el contrario, se puede decir la verdad para hacer daño. Prefiero una mentira piadosa a una verdad cruel.

   Después de leer el párrafo anterior te preguntarás por qué he escrito este soneto. La respuesta es que hay demasiada mentira interesada rodeándonos. La prensa en España es bastante penosa. No es ni independiente ni de investigación. La mayoría de los periódicos son meros panfletos. Algunos vestidos con traje y corbata, pero panfletos en esencia. De Internet mejor ni hablar. Las falsedades, ya sean por ignorancia, intento de manipulación o por reírse de la gente, lo impregnan todo. La política es un estercolero. Las instituciones científicas tampoco se salvan. Los malabares estadísticos imperan en las revistas médicas haciendo que fármacos poco o nada eficaces parezcan el bálsamo de Fierabrás. En fin, por todos los lados te la intentan colar, y muchas veces lo consiguen. A pesar de eso, pienso que hay que conservar cierta esperanza e ingenuidad... y creer. No quiero convertirme en un escéptico radical. Quiero dudar, pero de forma limitada.





jueves, 1 de mayo de 2025

Plantaré un árbol. Soneto mayo 2025

 


Casi todos los sonetos que escribo, sin pretenderlo, son tristes, oscuros o deprimentes. En esta ocasión el protagonista parte de una circunstancia dolorosa, la pérdida de un ser querido. Está dispuesto a superarlo cueste lo que cueste. Si tuviera que describir este poema con una palabra, diría esperanza.








martes, 1 de abril de 2025

La vida, sin más. Soneto abril 2025

 







Este soneto es solo un conjunto de reflexiones sobre la vida. Ya intenté algo parecido en "La mala profesora". Ese poema no tuvo una buena aceptación. Tampoco el vídeo, al que le dediqué bastantes horas que no obtuvieron recompensa. "La vida, sin más", tanto en la versión escrita como en la audiovisual, recitada por Luis Fernández, es un intento de darle un nuevo enfoque.





sábado, 1 de marzo de 2025

Bocaprieta. Soneto marzo 2025

 





Recientemente devoré una novela negra que me encantó. Su lectura me animó a escribir este soneto. Sigue los tópicos del género noir. Lo que más me gustó no fue su trama (era una historia de amor en el mundillo de las drogas), sino la forma en la que estaba escrita. El estilo y las palabras que empleaba el autor eran tan afilados como cuchillos. He intentado trasladar ese lenguaje cortante a mi poema para darle rudeza. No sé si he conseguido lo que buscaba. Tal vez el resultado solo sea una ordinariez. El tiempo lo dirá.


Hay una versión audiovisual recitada por Luis Fernández



sábado, 1 de febrero de 2025

De la galera a la tumba. Soneto febrero 2025


Desde hace un tiempo, en España, se ha ido retrasando la edad de jubilación. En unos meses habrá alcanzado el valor definitivo. Uno podrá retirarse a los 67 años (a los 65 si ha trabajado más de 38 años y medio). Hay quien opina que es demasiado pronto. De hecho, de vez en cuando surge lo que podríamos llamar una oleada de noticias dedicada a crear opinión pública en favor de retrasar más esa edad. Esas noticias se difunden por todos los medios: televisión, prensa, redes sociales… A mí me parecen campañas orquestadas por alguien que se beneficia del trabajo ajeno. En esas campañas no se incide en que un trabajador entrega al Estado, entre impuestos directos e indirectos, la mitad de su vida laboral. De 40 años de trabajo, solo disfruta de los beneficios de 20. La jubilación marca la devolución por parte del Estado de lo que previamente le ha sustraído al trabajador. La cuestión es que a una parte de los que controlan el Estado, porque el Estado no es un ente abstracto, sino que lo manejan personas con nombres y apellidos, no le hace ninguna gracia devolver ese dinero. Les parece mucho mejor emplearlo en quién les apetece y para lo que les apetece. Desde su punto de vista lo ideal sería que la gente trabajara hasta morir. Una forma de conseguir este objetivo es retrasar la jubilación. El trabajo no es salud, sino todo lo contrario. Esto no lo digo yo, sino que lo dicen estudios científicos. El año pasado se publicó uno muy interesante. Se titula The Effect of Removing Early Retirement on Mortality. Son sus autores Cristina Belles-Obrero, Sergi Jiménez-Martín y Han Ye. Clicando en la palabra enlace puedes acceder al documento.

Luis Fernández recita la versión audiovisual del soneto:





miércoles, 1 de enero de 2025

Año Nuevo. Soneto enero 2025


La población occidental puede dividirse de muchas maneras. Una nada útil estaría relacionada con la Navidad. Podíamos establecer tres grupos: el de los que les gusta la Navidad, el de los que no les gusta y el de los que ni fu ni fa. Este último sería el más pequeño. Es raro que esas fechas dejen indiferente. Más frecuente es que la ames o la odies.

Tengo la impresión de que en la infancia el grupo de los que la aman es mayoritario. Con los años muchos pierden la ilusión y cambian de bando. En edades avanzadas el grupo de los que la odian gana por goleada.

Yo tengo ya un buen montón de años. Sin embargo, me sigue gustando la Navidad. Eso no quiere decir que me sienta especialmente feliz o alegre. Me suele pasar lo contrario. La melancolía es mi sentimiento principal durante esos días. Una suave tristeza sin motivo. Algo similar le ocurre al protagonista del soneto Año Nuevo. Sin causa aparente, se siente mal al cambiar de año. Quizá es que, para él, pesa más lo que deja atrás que lo que espera recibir en el futuro. Aunque tenemos cierto parecido, yo no me lo tomo tan mal como él. Todavía soy capaz de manejar la mezcla de ilusión e incertidumbre sin que me estalle en la cara.


Existe una versión audiovisual recitada por Luis Fernández Reyes:



 

"Gracias" es un soneto que escribí para finalizar los actos de presentación del libro "Sonetos 2015-2024". Una forma de agradecer al público su asistencia y de animarlos a adquirir un ejemplar.

domingo, 8 de diciembre de 2024

Libro "Sonetos 2015-2024"

 



La editorial Olé Libros ha publicado un libro que recopila todos los sonetos que he escrito desde 2015 hasta 2024. Aunque todos esos poemas ya han sido publicados en el blog, no quería que desaparecieran en el ciberespacio en cualquier momento. Deseaba que estuvieran en papel. Si quieres comprarlo, puedes hacerlo en el enlace que pongo más abajo. Tiene un precio de 17 euros.


https://olelibros.com/comprar-libros/poesia/coleccion-ites-poesia/sonetos/


domingo, 1 de diciembre de 2024

Valor. Soneto diciembre 2024

 

Hasta el momento he tenido una vida más o menos feliz. No siempre ha sido fácil y no todo han sido alegrías. Sin embargo, comparado con lo que han tenido que padecer otros, no puedo quejarme. El problema es que los buenos tiempos no son eternos. Vendrán los malos y los peores. De vez en cuando pienso en ellos y me pregunto si tendré valor para hacer lo que, a día de hoy, considero adecuado.

Este poema está incluido en el libro "Sonetos 2015-2024"


Existe una versión audiovisual recitada por Luis Fernández Reyes.



viernes, 1 de noviembre de 2024

Reloj de arena. Soneto noviembre 2024

 


Hace unos meses un conocido me comentó que se había vuelto incapaz de amar. Tras haber estado casado durante diez años su esposa lo abandonó. Tardó bastante tiempo en recuperarse, pero lo hizo. Conoció a otra mujer y se casó de nuevo. Hacía unos trece meses que esa última pareja había muerto. Me decía que había superado parcialmente el luto. Era capaz de disfrutar de algunas cosas: salir a caminar por el monte, leer un libro, ver alguna serie… No estaba triste las veinticuatro horas del día todos los días. Sin embargo, no había vuelto a sentir amor. No solo eso, estaba seguro de que nunca volvería a sentirlo. Le dije, admitiendo mi ignorancia en esos trances, que quizá era pronto para eso, pero que ya llegaría. Él negó esa posibilidad. Se sentía tan condicionado como el perro de Paulov. Tenía la certeza de que no amaría más porque su mente no se lo iba a permitir. Pasar por lo mismo una tercera vez lo volvería loco. De alguna manera, había renunciado al amor.

En el soneto de este mes al protagonista le pasa algo parecido, pero con una diferencia muy importante. Él se siente incapaz de amar. Esa incapacidad le surge del corazón o del alma, no de la razón, que es lo que le ocurre a mi conocido.


Este poema está incluido en el libro "Sonetos 2015-2024"


Existe una versión audiovisual recitada por Luis Fernández Reyes.