viernes, 1 de noviembre de 2024

Reloj de arena. Soneto noviembre 2024

 


Hace unos meses un conocido me comentó que se había vuelto incapaz de amar. Tras haber estado casado durante diez años su esposa lo abandonó. Tardó bastante tiempo en recuperarse, pero lo hizo. Conoció a otra mujer y se casó de nuevo. Hacía unos trece meses que esa última pareja había muerto. Me decía que había superado parcialmente el luto. Era capaz de disfrutar de algunas cosas: salir a caminar por el monte, leer un libro, ver alguna serie… No estaba triste las veinticuatro horas del día todos los días. Sin embargo, no había vuelto a sentir amor. No solo eso, estaba seguro de que nunca volvería a sentirlo. Le dije, admitiendo mi ignorancia en esos trances, que quizá era pronto para eso, pero que ya llegaría. Él negó esa posibilidad. Se sentía tan condicionado como el perro de Paulov. Tenía la certeza de que no amaría más porque su mente no se lo iba a permitir. Pasar por lo mismo una tercera vez lo volvería loco. De alguna manera, había renunciado al amor.

En el soneto de este mes al protagonista le pasa algo parecido, pero con una diferencia muy importante. Él se siente incapaz de amar. Esa incapacidad le surge del corazón o del alma, no de la razón, que es lo que le ocurre a mi conocido.

Existe una versión audiovisual recitada por Luis Fernández Reyes.



martes, 1 de octubre de 2024

Resistir. Soneto octubre 2024

 


En la versión audiovisual de este soneto, presentada por Alicia Zubicoa y recitada por Luis Fernández, he mostrado algunos titulares de prensa sobre casos de supervivencia asombrosos. Uno de los más llamativos, y del que se llegó a hacer un documental, fue el de Juliane Koepcke. En el año 1971 viajaba en un avión que fue alcanzado por un rayo. El aparato comenzó a arder y a desintegrarse en pleno vuelo. No se sabe cómo, Juliane sobrevivió a la caída y al impacto contra el suelo. Seguía de una pieza, pero su calvario no había terminado. Había ido a parar a la selva peruana. Allí estuvo sola, sin alimentos y expuesta a mil peligros durante nueve días, hasta que unos trabajadores la encontraron. Milagrosamente había salido bien parada y podía contar su historia.

Aunque en el vídeo he mostrado el caso de Juliane y otros parecidos, no fueron esos actos de supervivencia los que me inspiraron el soneto Resistir. Al escribirlo ocupaban mi mente hechos mucho más cotidianos y frecuentes que todos hemos vivido. La vida pega duro. Es verdad que a unos más que a otros, pero a la larga nadie se libra de recibir una «paliza». Mientras lo escribía pensaba, por ejemplo, en la gente que trabaja hasta la extenuación por un sueldo miserable, en los que son acosados en el colegio, en los extorsionados por mafias, en los acusados injustamente y en otras cosas más. Especialmente estaban en mi mente los que luchan contra enfermedades graves. En un intento de evitar la muerte aguantan el dolor y se someten a tratamientos médicos y quirúrgicos tan terribles como un suplicio medieval.




domingo, 1 de septiembre de 2024

Manual para tejer amor. Soneto septiembre de 2024

 


Un nuevo soneto de amor. En esta ocasión no se trata de algo pasional ni dramático. Hablo del sentimiento que perdura en el tiempo. Para que eso ocurra no puede alimentarse solo de lo que le da el corazón, necesita también recibir nutrientes del cerebro. Las parejas que funcionan durante años y años es porque tienen un propósito y una forma realista de entender la evolución del afecto. Hay quien necesita permanentemente el subidón del enamoramiento. Sin duda es la fase que más hormonas y neurotransmisores libera. De ahí que muchos busquen una nueva pareja en cuanto la convivencia con la previa se estabiliza. Manual para tejer amor no habla de ellos, sino de los que asumen que nadie es perfecto y que toda relación esta llena de altibajos que hay que vencer.

Existe una versión audiovisual recitada por Luis Fernández Reyes.




jueves, 1 de agosto de 2024

Pecados capitales. Soneto agosto 2024

 




Los pecados capitales no aparecen en la Biblia. Son una creación posterior. Su origen está en el ascetismo, una doctrina filosófica que busca purificar el espíritu evitando los placeres materiales. Esas ideas fueron asimiladas por Casiano, un sacerdote del siglo V considerado uno de los Padres de la Iglesia. Él fue el vehículo que las introdujo en el cristianismo. Aunque originalmente eran ocho, San Gregorio Magno los dejó en siete: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y soberbia. El que desapareció fue la cobardía.

Es interesante que el término capital no hace referencia a su gravedad (a diferencia de lo que ocurre con el pecado mortal), sino a que son el origen de otros pecados. Santo Tomás de Aquino dice de ellos: "Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable, de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados. Los pecados o vicios capitales son aquellos a los que la naturaleza humana está principalmente inclinada."

Estoy de acuerdo con la visión cristiana de que esos pecados pueden ser la fuente de otros, pero no me parecen importantes. Uno debe saber dónde está el límite, y ponerlo. Me preocupan mucho más otros pecados que, cometidos por los demás, me puedan perjudicar: el robo, el asesinato, la mentira… Pienso que los pecados capitales hacen daño al que los padece. Si uno no puede contener su gula, sufrirá obesidad mórbida con todos los problemas de salud que conlleva. El envidioso vive amargado. El perezoso deja pasar oportunidades que quizá le hubieran ayudado a ser feliz. Así con todos, excepto con la ira. Ese sí que daña a los demás. ¡Pobre de la persona que tenga que convivir con alguien que peque de ira!

Para mí una persona que sufre por un pecado capital merece compasión, no castigo.

Hay una versión audiovisual recitada por Luis Fernández y presentada por Alicia Zubicoa que puede verse en el siguiente enlace:








lunes, 1 de julio de 2024

Telas de colores. Soneto julio 2024

 



Para crear las imágenes de la versión audiovisual de este soneto he empleado la herramienta de Microsoft llamada Bing ai image generator. No es la primera vez que uso esta inteligencia artificial desarrollada a partir de DALL-E 3. Lo menciono porque estoy impresionado con lo rápido que aprende esta aplicación. La usé por primera vez para poner imágenes al poema A hurtadillas. De eso no hace ni seis meses. En aquella ocasión me costó mucho esfuerzo y paciencia obtener una pequeña parte de lo que quería. En realidad, casi nada de lo que me ofreció era lo que yo le había pedido. Me adapté yo a la máquina y no ella a mí. Nada que ver con lo que ha ocurrido al crear la versión audiovisual de Telas de colores. Casi el cien por cien de las veces ha hecho lo que le he mandado. Dado que ya funciona muy bien y que en breve lo hará todavía mejor, no tengo dudas de que pronto Microsoft nos cobrará por usarla.

    Además de las imágenes, el vídeo que puedes ver en YouTube tiene la voz de Luis Fernández Reyes y la obra musical titulada The Battle of 1066, cuyo autor es Patrick Patrikios.




sábado, 1 de junio de 2024

Una tarde cualquiera. Soneto junio 2024

 



La concepción del argumento de este soneto y la sensación de que era adecuado como guion para un corto de cine fueron simultáneas. Creé los versos pensando más en las imágenes que en las palabras. Recomiendo al lector que se tome la molestia de ver el vídeo. Es ahí donde encontrará la verdadera naturaleza de este poema.

Para le cortometraje conté con la ayuda de Alicia Zubicoa (protagonista), Luis Fernández (voz en off), Nuria Martínez (compañera de trabajo que tomó la vía venosa y me ayudó en la grabación en quirófano) y Fernando Rípodas (extra casi atropellado y cámara en varias tomas). Gracias a los cuatro. Sin su colaboración no habría podido convertir mis versos en imágenes.



miércoles, 1 de mayo de 2024

Servicios. Soneto mayo 2024

 

 


 

En esta ocasión el objetivo que perseguía al escribir el soneto era sorprender al lector. Quería un final impactante. Si lo he logrado o no, nunca lo sabré.

Hay una versión audiovisual recitada por Luis Fernández y presentada por Alicia Zubicoa. Cuando Luis me planteó cómo debía abordar el soneto, le pedí que lo recitara con rabia, con enfado. Si yo fuera el protagonista, estaría muy cabreado con todo. Tendría ira por estar en una silla de ruedas, por tener la necesidad de sexo, por tener que pagar a una mujer y, para empeorar las cosas, terminar con una que ni siquiera hace bien su trabajo. Una vez más, Luis logró darle el tono que yo quería. Suena realmente enfadado.




lunes, 1 de abril de 2024

Doña Espina. Soneto abril 2024


 

 

 

Los seres humanos somos pura biología. Compartimos más del 99% del genoma. Todos los jóvenes hacen en esencia lo mismo: visten y hablan de la misma manera, escuchan el mismo tipo de música, todos se ven a sí mismos de la misma singular manera, etc. A la edad media hacemos cosas distintas que en la juventud, pero iguales a las que hacen los de la misma edad. En la vejez más de lo mismo. Hay una cierta tendencia, que no comparto, a relacionar a las personas que se salen de lo habitual con la juventud. En mi opinión, el que es diferente lo es desde que nace hasta que se muere. Tal vez es más difícil identificarlos conforme tienen más años porque aprenden a disimular con el tiempo. Otra posibilidad más dramática es que quizá dejan de existir antes, ya sea porque el grupo les hace pagar caro que sean distintos, porque están peor adaptados para la supervivencia o por una mezcla de ambas cosas. En el soneto Doña Espina, la protagonista es atípica: tiene muchos años, ha aprendido a aceptarse y resiste bien los ataques de la manada.

    Hay una versión recitada por Luis Fernández y presentada por Alicia Zubicoa que puede verse en el siguiente enlace:





viernes, 1 de marzo de 2024

Trebejos. Soneto marzo 2024

 



El origen del juego del ajedrez no está claro. Hay varias teorías. La más aceptada es que procede de la India. De lo que no hay duda es de que imita a los ejércitos y sus batallas. Es un juego humanizado, por cuanto a los peones, alfiles, etc. se les atribuyen cualidades propias de las personas. En el soneto Trebejos he exagerado esa humanización. Lo he finalizado dándole la vuelta a esa comparación, de modo que he puesto a los humanos en la piel de las piezas de ajedrez. Hay quien opina que los hombres somos trebejos manejados por los dioses en un juego y un tablero que no comprendemos. No comparto del todo ese punto de vista, pero me parece interesante.


Hay una versión audiovisual, recitada por Luis Fernández Reyes y presentada por Alicia Zubicoa, que puede verse a continuación: